Oda a la nariz

Oda a la nariz

Existen evidencias desde el siglo XVI aC que los egipcios realizaban técnicas quirúrgicas para reparar lesiones nasales. La mayoría de ellas reconstructivas, para recuperar la nariz perdida en una amputación o durante algún conflicto bélico o a causa de una enfermedad. Sin embargo, la cirugía de nariz o rinoplastia no empezó a entenderse como un tratamiento estético hasta el siglo XIX con el otorrinolaringólogo John Orlando Roe (1848-1915), que presentó una técnica mínimamente invasiva de reducción nasal. Más adelante, Jacques Joseph (1865-1934) fue quien refinó y popularizó las técnicas del otorrinolaringólogo, convirtiéndose en el padre de la rinoplastia estética.

¿Cómo hemos pasado de la necesidad a la estética?

Lo cierto es que desde todos los tiempos la nariz ha sido un punto de mira estético para los amantes de la Belleza. El paso de la reconstrucción a la estética se ha producido esencialmente por la desaparición paulatina de la necesidad. Las amputaciones por castigo desaparecieron al cabo de los años y las medidas de seguridad en las guerras mejoraron así como también el campo de la medicina.

La nariz, el equilibrio facial

La nariz es uno de los rasgos faciales con más protagonismo de nuestra cara. Una nariz bonita y armoniosa determina y define su atractivo global. ¿Por qué debemos confiar en un cirujano maxilofacial cuando hablamos de belleza facial? La cirugía maxilofacial es el campo de la medicina que mejor conoce la anatomía y el funcionamiento de todos los elementos que componen una cara. Estamos siempre estudiando, midiendo y planificando nuestros casos. Y todo ello, siempre en un entorno 3D, incorporando parámetros esqueléticos y de tejidos blandos.

El último siglo, ha estado cuajado de intentos por encontrar parámetros cuantificables que permitan evaluar una cara y determinar su grado de normalidad y por tanto establecer las “cantidades” de corrección necesaria. No estando de acuerdo con la totalidad de estas guías, los análisis cefalométricos indican “direcciones” generalmente adecuadas de tratamiento, aunque la decisión final sobre el número de milímetros que tengamos que corregir para conseguir un equilibrio entre la nariz y el resto de rasgos faciales, estará necesariamente condicionada por la combinación de una meticulosa valoración clínica por parte del profesional y los deseos del paciente. 

La rinoplastia en el Instituto Maxilofacial

Mientras tanto, la buena noticia para aquellos que quieran realizarse una rinoplastia es que el diagnóstico y planificación del tratamiento de nuestros pacientes tienen un componente importante subjetivo y por lo tanto, también artístico. Eso no significa que el especialista no mantenga ciertos parámetros objetivos; el equipo médico del Instituto Maxilofacial conoce todas las tipologías de nariz y qué técnicas deben realizarse para corregir las distintas alteraciones estéticas y funcionales que existen.

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