La Dra. Raquel Guijarro nos comenta una atractiva relación entre la música y la cirugía.
Cuando alguien va a someterse a una intervención quirúrgica, el tipo de música que escuchará el cirujano durante la intervención es probablemente el último motivo de preocupación del paciente. Sin embargo, estudios como el publicado recientemente en el British Medical Journal sugieren que la música puede aportar beneficios sustanciales al transcurso del procedimiento y, sorprendentemente, que la playlist del cirujano podría tener una influencia en el resultado.
¿Qué suena en quirófano? El género más común es la música clásica. En cualquier caso, suele ser el cirujano principal (responsable primero del procedimiento y cuya concentración se requiere que sea máxima) el que decide qué se escucha. Un grupo de expertos del Hospital Universitario de Gales ha elaborado una lista de las pistas más recomendables para escuchar mientras se opera. Éstas son “Stayin’ Alive” de los Bee Gees, “Smooth Operator” de Sade, “Comfortably Numb” de Pink Floyd y “Wake Me Up Before You Go” de Wham. Curiosamente, todas con títulos bastante sugerentes. Asimismo, las canciones a evitar según los investigadores son “Another One Bites the Dust” de Queen, “Everybody Hurts” de REM o “Scar Tissue” de Red Hot Chilli Peppers (desde luego, esta última la intentaremos evitar a toda costa los cirujanos maxilofaciales).
La tradición de escuchar música durante procedimientos médicos se remonta a la Antigua Grecia, donde Apolo era tanto el dios de la curación como de la música. A principios del siglo XX, el cirujano estadounidense Evan Kane propuso instalar un fonógrafo en el quirófano para “calmar al paciente y distraerlo de la situación”. Ya en nuestros días, según las investigaciones, parece ser que los quirófanos son “muy musicales”; hay música un 70% del tiempo. Además de los beneficios ya demostrados en cuanto a relajación del paciente y alivio de su ansiedad y del dolor, los expertos aseguran que, siempre y cuando las circunstancias en quirófano lo permitan y a un volumen moderado, la música facilita la comunicación entre los miembros del equipo, reduce los niveles de estrés de los cirujanos y mejora su eficiencia. Tomaremos nota.
