La Dra. Adaia Valls nos comenta algunos malos hábitos que pueden repercutir sobre nuestra salud bucal.
Los hábitos o comportamientos de una persona repetidos regularmente pueden tener efectos secundarios. Por ejemplo, en pacientes en período de crecimiento, el hábito de chuparse el dedo pulgar se asocia a malposición dental y desarrollo anómalo de los maxilares. Lo mismo puede ocurrir cuando el paciente toca un instrumento de viento mal adaptado a la anatomía orofacial de cada uno. Por esta razón, es aconsejable que un profesional especialista nos asesore de estos aspectos.
