La cicatrización es el proceso fisiológico de curación o reparación de la piel después de heridas quirúrgicas, accidentes, quemaduras, entre otros.
Este proceso evoluciona de distinta manera para cada persona debido a factores genéticos, la localización de la herida, la profundidad o su extensión.
El tiempo de curación de una cicatriz suele ser de un año. Al principio, las cicatrices están más abultadas, endurecidas y coloradas, pero poco a poco su grosor va disminuyendo y el color se va aclarando.
Para obtener una cicatrización óptima, la Dra. Adaia Valls, cirujana maxilofacial, recomienda tanto antes como después de la cirugía:
- Evitar el tabaco: Está demostrado que el tabaco disminuye la oxigenación de los tejidos y, por tanto, perjudica la cicatrización.
- Nunca arrancar las costras: Evite arrancar las costras de la herida, ya que puede infectarse la herida y dejar marcas en la piel.
- Mantener la cicatriz seca. El contacto continuo con el agua, especialmente si está caliente, reblandece las cicatrices y perjudica su resolución favorable.
- Hidratar. Debe de hidratarse muy bien la cicatriz y la piel circundante para mejorar la elasticidad de la piel con crema hidratante, aceite de mosqueta, aloe vera o apósitos hidratantes.
- Usar protección solar. Durante el primer año se debe proteger bien la cicatriz de los rayos solares aunque el día esté nublado o lluvioso (protector solar pantalla total y sombrero o pañuelo).
- Masajear. El masaje sobre la cicatriz aplana la misma y evita la excesiva fibrosis subyacente.
- Drenajes linfáticos. Después de ciertas cirugías, como las liposucciones, son recomendables los masajes de drenaje linfático.
- Vigilar la alimentación. Llevar una dieta sana y completa favorece la correcta cicatrización y evita infecciones de la misma.
Siguiendo todos estos consejos es muy probable que tu cicatriz terminará siendo lo más imperceptible que puede llegar a ser según sus características.
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