La cicatrización es el proceso fisiológico de curación o reparación de la piel después de heridas quirúrgicas, accidentes, quemaduras, entre otros. Este proceso evoluciona de distinta manera para cada persona debido a factores genéticos, la localización de la herida, la profundidad o su extensión.
El tiempo de curación de una cicatriz suele ser de un año. Al principio, las cicatrices están más abultadas, endurecidas y coloradas, pero poco a poco su grosor va disminuyendo y el color se va aclarando.
Para obtener una cicatrización óptima, es muy importante seguir las recomendaciones del cirujano tanto antes como después de la cirugía:
· TABACO. Está demostrado que el tabaco disminuye la oxigenación de los tejidos y, por tanto, perjudica la cicatrización.
· COSTRAS. Debe evitar arrancar las costras de la herida, ya que puede infectarse la herida y dejar marcas en la piel.
· SECAR la cicatriz. El contacto continuo con el agua, especialmente si está caliente, reblandece las cicatrices y perjudica su resolución favorable.
· HIDRATACIÓN. Debe de hidratarse muy bien la cicatriz y la piel circundante para mejorar la elasticidad de la piel con crema hidratante, aceite de mosqueta, aloe vera o apósitos hidratantes.
· PROTECCIÓN SOLAR. Durante el primer año se debe proteger bien la cicatriz de los rayos solares aunque el día esté nublado o lluvioso (protector solar pantalla total y sombrero o pañuelo).
· MASAJE. El masaje sobre la cicatriz aplana la misma y evita la excesiva fibrosis subyacente.
· DRENAJE LINFÁTICO. En ciertas cirugías, como las liposucciones, son recomendables los masajes de drenaje linfático.
· ALIMENTACIÓN. Llevar una dieta sana y completa favorece la correcta cicatrización y evita infecciones de la misma.