A la hora de realizar una intervención de la cual se espera conseguir una mejora estética, es fundamental que el paciente tenga claro qué se puede y qué no se puede conseguir. El paciente debe imaginar unas metas realistas, y es deber del cirujano informar a sus pacientes de los resultados que se pueden conseguir, y de si están pidiendo un procedimiento que por alguna razón no va a resultar en su caso particular.
Por su experiencia y estudios, un buen cirujano posee una visión realista del alcance de los distintos procedimientos, por lo que, si usted es candidato para cirugía, éste le proveerá con el plan quirúrgico que crea que es más adecuado para su caso particular. Así, el cirujano debe valorar juntamente con el paciente los resultados potenciales de cada intervención, por encima de intereses económicos o deseos estéticos personales.
En este sentido, la definición de “expectativas reales” en cirugía estética debe tener en cuenta los siguientes factores:
• Edad
• Hábitos de vida (tabaquismo, exposición al sol, etc.)
• Condiciones físicas
• Características anatómicas
• Capacidad de cicatrización de la zona o zonas a intervenir
• Proporción respecto a las zonas adyacentes (reducir o aumentar determinada área del cuerpo puede hacer que otras áreas destaquen más o menos por contraste)
El cirujano debe también valorar algunos factores psicológicos o de la personalidad del paciente que pueden ser indicadores de inestabilidad en el candidato.
Un buen candidato debe poseer las siguientes características:
- Expectativas realistas de la cirugía en sí
- Expectativas realistas del efecto que tendrá la cirugía en su vida y en sus relaciones personales
- Una buena imagen de sí mismo
- Una clara comprensión de los riesgos que la cirugía conlleva
Asimismo, existe una serie de señales de alerta que indican que un paciente puede no ser un buen candidato para la cirugía estética u ortognática con fines estéticos. Éstas incluyen:
- Pacientes con expectativas estéticas claramente irreales
- Pensar que la cirugía mejorará radicalmente su vida
- Obsesión por un defecto muy menor
- Falta de voluntad para ser consciente de los riesgos
- Pacientes que se someten a una intervención para superar un momento de crisis personal
- Falta de voluntad para emprender cambios necesarios para su tratamiento (dejar de fumar, cumplir con un tratamiento ortodóncico, etc.)
- Enfermedades mentales
Es muy importante como paciente también, examinar nuestros motivos y evaluar estos aspectos, ya que las metas poco realistas resultan, en casi la totalidad de casos, en un sentimiento de decepción e insatisfacción tras la intervención.
A este respecto, es importante saber que, incluso si inicialmente el paciente siente que los resultados estéticos de su cirugía no son los mejores, nuestra experiencia de más de 20 años nos dice que el proceso de aceptación del paciente de cirugía ortognática tarda entre 3 hasta 15 meses para una adaptación (y desinflamación) totales, siguiendo normalmente el siguiente recorrido:
En Instituto Maxilofacial, antes de acudir a su primera entrevista con nuestros especialistas, proveemos a nuestros candidatos de cirugía ortognática de un cuestionario para conocer de antemano sus motivaciones y expectativas. Asimismo, durante su primera visita se les hace un estudio de imagen completo y se entrevistan directamente con el cirujano que llevará a cabo su operación, para así aclarar todas sus dudas desde el primer momento y tener una mayor posibilidad de tomar una decisión bien informada.
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