El color natural de nuestros dientes viene determinado genéticamente. Sin embargo, algunos factores pueden alterar el cambio de coloración: la toma de medicamentos, ciertos elementos de la dieta, el consumo de tabaco y algunos traumatismos.
Para evitar un cambio de coloración no deseado y recuperar el brillo dental, se recomienda un cepillado de dientes inmediatamente tras la comida, así como también el uso diario de seda dental.
Por otro lado, si deseamos tener unos dientes más blancos existe el blanqueamiento dental. Hoy en día, los sistemas con luz LED mejoran considerablemente el color de nuestros dientes en una sola sesión. Otras medidas menos efectivas son el uso de pastas dentales blanqueantes ,aunque la concentración de agentes que blanquean es muy baja y normalmente no se obtienen resultados satisfactorios.
También se desaconseja el uso de bicarbonato, ya que puede rallar la superficie del esmalte dental y aumentar así la posibilidad de que los dientes se tiñan por absorción de los alimentos que ingerimos. Así que ¡mucho cuidado con los remedios caseros!
