La sensación de entumecimiento, también llamada parestesia, es una de las posibles complicaciones derivadas de la cirugía ortognática, que se presenta en distintos sitios y con distintos niveles de intensidad. Por regla general esta sensación es transitoria, con un período de recuperación muy variable.
La cirugía ortognática aborda áreas del rostro por donde discurren distintos nervios y terminaciones nerviosas ligadas a la sensibilidad facial. Aunque con las nuevas tecnologías como, el neuroestimulador facial, es cada vez más fácil detectar los nervios y sus terminaciones para evitar dañarlos, aún así es probable que haya ligeros traumas o fuerzas de tracción en alguna pequeña terminación nerviosa durante la cirugía. Estas ramificaciones sólo afectan a áreas muy pequeñas del rostro, por lo que el daño, si lo hay, es mínimo.
Por otra parte, los nervios que controlan el movimiento de los músculos faciales no pasan por las áreas tratadas durante una cirugía ortognática, por lo que no hay riesgo de parálisis de la mímica facial por una cirugía de este tipo.
En general, las áreas más afectadas por la falta de sensación son el paladar, el mentón y el labio. Las afectaciones varían dependiendo el tipo de osteotomía realizada; para la cirugía del maxilar, la sensación de entumecimiento suele concentrarse en el paladar, labio superior y dientes superiores. Para la cirugía de mandíbula afecta el labio inferior, el mentón, los dientes inferiores y en algunos casos, la lengua.
En cuanto al tiempo de recuperación, el período es muy variable, pudiendo ir de los 30 días, hasta 12 meses, o incluso algunos años en casos excepcionales. Hay que tener en cuenta que los nervios tienen la capacidad de regenerarse si han sido dañados, por lo que la sensación de entumecimiento desaparecerá una vez que estos lentos procesos de regeneración se hayan completado. Además de ello, se ha demostrado que la realización de los ejercicios postquirúrgicos indicados mejora notablemente la recuperación de sensación en las áreas intervenidas, por lo que es crucial seguir las indicaciones del médico tras la operación.
Por otro lado, aunque es una probabilidad que existe, los casos de falta de sensibilidad permanente por cirugía ortognática son muy poco frecuentes, (alrededor del 10% según la literatura científica). En dichos casos los pacientes son capaces de mover el área, aún si no tienen sensibilidad, por lo que después de un tiempo suelen acostumbrarse, y en la mayoría de los casos refieren que volverían a operarse, ya que los efectos positivos de la cirugía superan el inconveniente.
Al final, la posibilidad de sufrir entumecimiento permanente es muy pequeña, y podemos minimizar el riesgo eligiendo a nuestro cirujano con mucho cuidado. La planificación quirúrgica 3D y la experiencia y habilidad del cirujano maxilofacial son clave para una cirugía exitosa, aunque también intervienen factores anatómicos como la posición, grosor y estructura de los nervios en cada paciente. Lo mejor es consultar con su especialista elegido y comprender bien las posibles complicaciones de su cirugía antes de tomar una decisión.
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