Rastros odontológicos del pasado
La Dra. Irene Méndez del Departamento de Odontología del Instituto Maxilofacial nos comenta una noticia que demuestra que los rastros odontológicos del pasado son pruebas muy útiles para hablar de la evolución de la Humanidad. En especial se ha descubierto, gracias a los 47 dientes hallados en el sur de China, que humanos modernos vivían ya en Asia hace 80.000 años.
Esta afirmación aparece en la prestigiosa revista científica Nature, en una publicación que ha supuesto un replanteamiento cronológico en la historia.
Los libros de historia se equivocan
Así, el descubrimiento de 47 dientes encontrados en la cueva de Fuyan -Daoxian, China- revela que nuestra especie ya habitaba esa región hace entre 80.000 y 120.000 años. Este hecho supone un salto de 20.000 años en la datación del movimiento migratorio desde África hasta Europa y Asia. Hasta la fecha, se pensaba que este movimiento migratorio al sur de Asia se había producido hace 60.000 años.
Aunque la atribución de estos dientes a nuestra especie resultaba evidente, lo realmente sorprendente fue su Antigüedad. A pesar de que los dientes encontrados eran de un tamaño inferior a los localizados en Europa y África, al datarlos, se ha comprobado que los homínidos con una dentadura moderna habitaban el sur de China 70.000 años antes que en Europa.
Esto supone un cambio histórico muy importante ya que la antigüedad de este hallazgo demuestra que las migraciones desde África a Asia hace casi 100.000 años pudieron ser exitosas, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora.
La investigadora Martinón-Torres explica que las duras condiciones climáticas de la migración hacia el norte, donde tenían que lidiar con grandes masas desérticas e inviernos más duros, harían más fácil la migración hacia Asia que hacia Europa.
A la espera de nuevas pistas
Sin embargo, esta explicación no es suficiente para entender por qué el Homo Sapiens no fue capaz de cruzar Europa hasta hace 40.000-60.000 años. Otras teorías apuntan a que la presencia de los Neandertales podría haber supuesto el verdadero obstáculo para la expansión hacia Europa y que hasta la decadencia de esta especie los humanos modernos no pudieron llegar.
